sábado, 25 de agosto de 2012

El sueño de un autor anónimo


Me di cuenta de que venia por su conejo,
y quise salvarlo de los perros,
de los que conozco
y de los que conocí
pero ya eran demasiados conejos
y demasiados perros
y de repente no distinguía unos de otros
y cada más tiempo pasaba
más conejos se morían por los perros
y entre conejos muertos
y perros confusos
decidí salvar al conejo que no conocía.


domingo, 19 de agosto de 2012

ESCUPIENDO EN EL ESPACIO VACÍO

Sentada en una alfombra, la niña piensa.
Piensa en como se habrán formado las nubes que disipan su encuentro con el sueño profundo y calmo que espera.
Que espera rasparse la piel con un mortal de vida breve que escupe por la ventana.
Por la ventana y tranquila ya no espera mientras desespera por sentir la piel rojiza; resaca del refregado de imaginarios en el espacio insatisfactorio que vive dentro de su cama.
Dentro de su cama.
Quieta.
Ya ni piensa.
Ni piensa en el tiempo que pasa y ya no importa.
Podrán haber miles de corbatas colgando de la escalera.
Pero el banco quedará sosteniendo los pies de la amante del escape.
Amante suena a número dos que muchas veces es número uno pero no deja de ser dos.
Ella también escupe.
Todos escupen.
Algunos en el piso.
Quizá alguien también llegue a resbalarse sino mira al piso en algún momento.
Hay que andar muy consciente para no mirar nunca en donde se pisa.
El la sostiene, pero nunca sin ella.